De safari
Adam Hay-Nicholls da un paseo por el lado salvaje y sigue los pasos de la realeza de Hollywood
Al terminar las memorias del príncipe Harry, En la sombra, mi conclusión no fue lo horrible que son la prensa británica y las cosas de palacio, sino lo mucho que anhelaba ir a de safari a Botsuana.
En el verano de 2016, Meghan y Harry tuvieron su tercera cita en el campamento rústico y chic Meno-a-Kwena, en el Parque Nacional de Makgadikgadi Pans, y durmieron en una suite de lona. En lugar de allí, yo me dirigí a un hotel avalado por la auténtica realeza de Hollywood, el Chobe Game Lodge, donde Elizabeth Taylor y Richard Burton se casaron por segunda vez. La consiguiente cobertura informativa fue lo primero que puso a Botsuana en el mapa de la jet-set. En la actualidad, el turismo ocupa el segundo lugar, después de los diamantes, en la economía del país africano, y Taylor fue una glamurosa defensora de ambos.
El Chobe Game Lodge celebró recientemente su 50 aniversario. Se construyó en estilo morisco en 1973 y, por invitación personal del propietario, el dúo recién reencontrado llegó al Parque Nacional de Chobe en octubre de 1975. “Ahí es donde me gustaría volver a emparejarme”, escribió Taylor en una carta de amor. “En plena naturalesza, en medio de los nuestros”.
Además de la belleza natural de las llanuras arenosas y su fauna, y de los amaneceres y atardeceres carmesíes, la pareja se libró de paparazzis y curiosos. Aunque los periódicos hubieran sabido dónde se alojaban o qué estaban haciendo, yo no hubiera apostado nada por los paparazzi, pues la boda de los Burton tuvo lugar a orillas del río Chobe, frente a Namibia. Los árboles del paseo marítimo eran menos densos en 1975 y la cabaña tenía dos tercios del tamaño actual, pero una de las constantes entonces y ahora son los cocodrilos del Nilo de tres metros que pueden verse desde la mesa del desayuno. Hay bestias peligrosas por todas partes. Así, un invasor tejón de mielmelero puede interrumpir una cena buffet. Una valla parecida a una red de bádminton rodea la propiedad para mantener alejados a los elefantes en caso de que destrocen las pasarelas elevadas de madera, pero nada más.
“Entre cinco y quince babuinos rodearon nuestra suite”, recuerda Burton. “Fue algo nunca visto. Ocurrió, por supuesto, cuando Elizabeth estaba aquí... Bastante aterrador”.
Un miembro de la tribu tswana celebró la ceremonia de boda bajo las estrellas, con “la presencia de uno o dos hipopótamos” que emergieron del río, recordó Taylor. Una vez que se dieron el “sí, quiero”, se subieron de nuevo a un Range Rover que les esperaba y comenzaron su luna de miel de safari.


El Chobe Game Lodge cuenta ahora con 44 habitaciones, una de las cuales es la acogedora suite de luna de miel de los Burton, con terraza, mesa de comedor al aire libre y piscina con vistas al lugar donde los actores contrajeron matrimonio. Sigue siendo el único alojamiento permanente dentro del Parque Nacional de Chobe, de casi 12.000 kilómetros cuadrados, que cuenta con la mayor población de elefantes de África: unos 120.000. Veo cientos de ellos durante la media hora que dura el trayecto desde el aeropuerto de Kasane (que también conecta con las cataratas Victoria: estamos en el cruce de Botsuana, Namibia, Zambia y Zimbabue). Durante tres días, al recorrer la zona en un Land Rover eléctrico y en una barca fluvial, veo numerosos hipopótamos, cebras, jirafas, cocodrilos, decenas de especies de aves (como el águila pescadora africana, la carraca lila y el ave nacional, la avutarda kori) y varias manadas de leones.
Además de anotar la fauna en un libro de avistamientos que la cabaña da a cada huésped, apunto los curiosos nombres que nuestra guía Elly Shanganya pone a los más diversos grupos de animales: un “giro” de kudús (debido a la cornamenta en forma de sacacorchos de este animal parecido al ciervo); una “remesa” de rinocerontes; una “efusión” de hipopótamos; y mis combinaciones favoritas, una “panoplia” de búfalos y una “retahíla” de ñúes.
Elly es de Mmadinare, en el extremo oriental de Botsuana, y fue pastelera antes de convertirse en guía del Chobe Game Lodge en 2015, una de las 20 “Chobe Angels”, posiblemente el único equipo femenino de guías de safari del continente. Su hermana financió su formación, ya que sabía de la pasión de Elly por la vida salvaje. “Cada día vemos algo diferente. Nunca nos aburrimos de los animales”, dice, aunque añade que al principio no fue fácil para estas mujeres pioneras. “Vivir en pleno campo, tener que cambiar una rueda pinchada… Había hombres que decían que no podríamos hacer ese trabajo. Les hemos demostrado que podemos hacer muy bien este trabajo y seguir manteniendo a nuestra familia. Aún hay pocas guías femeninas, pero cada vez más empresas están empezando a contratarlas. Ahora nos respetan mucho
La cabaña se cerró dos años después de la visita de Burton y Taylor debido a la guerra de Rodesia, pero reabrió en 1984 bajo la propiedad de Jonathan Gibson, un británico afincado en Botsuana cuya empresa Desert & Delta Safaris sigue siendo la propietaria en la actualidad. Es una de las nueve propiedades de esta cartera, incluida una a la que viajo llamada Leroo La Tau, a poca distancia río abajo de las cabañas de Harry y Meghan, donde se reúnen enormes manadas de cebras a lo largo del río Boteti.
La segunda escapada de los Burton no duró nada más que nueve meses, pero medio siglo después de su creación, el Chobe Game Lodge sigue evocando magia y aventura. En el bar, donde Dickie y Liz bebían hasta altas horas de la noche antes de dirigirse con los ojos enrojecidos a sus safaris a las 5:30 de la mañana, cuelga una foto de la pareja en su momento más feliz y relajado. Habían encontrado un lugar para curar viejas heridas, aunque solo fuera de forma temporal.
Las tarifas del Chobe Game Lodge con todo incluido parten de 1080 euros por noche. Para obtener más información, póngase en contacto con info@thetraveldivision.com
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